Una valoración (positiva) de la cumbre de Marrakech

Subo esta entrada de Miguel Muñoz (Iberdrola) sobre la reciente cumbre de Marrakech (en la que ha participado).

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Elaborar un breve análisis sencillo y didáctico de los resultados de la Cumbre Climática de Marrakech es una tarea compleja ya que supone resumir muchas Decisiones de carácter procedimental, sin el glamour del Acuerdo de París, cargado de grandes objetivos y mensajes, e incluso fotos para la historia. Por suerte para los que intentamos difundir este tipo de cuestiones, este año han ocurrido muchas cosas tanto dentro del proceso formal de negociaciones como en áreas colindantes que se han mostrado como esenciales para seguir avanzando de forma sostenida y firme hacia el objetivo de limitar el incremento de la temperatura por debajo de 2oC.

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Bajo mi punto de vista, una de las conclusiones básicas a destacar es la continuidad de un enfoque ambicioso en acción climática, liderado por multitud de iniciativas y acciones del sector privado, y que cuenta ya con un germen de marco formal de colaboración entre gobiernos y agentes privados: la “Alianza de Marrakech para la Acción por el Clima”. Este ha sido uno de los resultados más destacados del trabajo de las “paladinas de la acción climática”, las encargadas según el Acuerdo de París de trabajar para canalizar de forma efectiva las iniciativas lanzadas por los agentes no estatales y su colaboración con los estados. La Alianza de Marrakech incluye un programa de trabajo anual en el que habrá diálogos sectoriales, reuniones, eventos, así como una plataforma que aglutinará iniciativas y objetivos (basada en el NAZCA).

En el ámbito de las negociaciones entre países, se ha valorado positivamente el acuerdo alcanzado sobre una hoja de ruta para desarrollar las reglas de implementación del Acuerdo de París en los dos próximos años (hasta la COP24 de 2018) y los avances en financiación climática (se concreta plan de trabajo para contabilización y se dota al Acuerdo de París con el Fondo de Adaptación existente). También se han puesto sobre la mesa muchas directrices sobre el contenido de las contribuciones climáticas nacionales, la información que deben proporcionar los países en este ámbito, fuentes de información y modalidades para la revisión global de 2018…

Sin embargo, este plazo de dos años es considerado por algunos analistas como muy ambicioso dada la complejidad del Acuerdo de París (en el caso del Protocolo de Kioto se tardó algo más de tres años en alcanzar un acuerdo sobre las reglas de implementación).

Por último, desde una óptica política, mi sensación es que se ha intentado dar imagen de normalidad ante las incertidumbres asociadas al resultado electoral en Estados Unidos. Así, la cumbre ha continuado en cierta medida con una amplia representación de alto nivel cargada de declaraciones políticas, siendo destacable la “Proclamación de Marrakech sobre la acción por nuestro clima y por el desarrollo sostenible” con muchas referencias a continuidad en ambición y urgencia en las actuaciones, que reafirma compromisos en financiación climática y el apoyo explícito a la Agenda de Desarrollo Sostenible. Las declaraciones políticas han enviado, en definitiva, un mensaje de irreversibilidad en el compromiso con la lucha del cambio climático.

Mientras se celebraba la cumbre y en los días posteriores gran parte de los análisis en prensa se han centrado en mostrar las fórmulas legales por las que Estados Unidos podría salirse del Acuerdo de París (lo que llevaría aproximadamente 4 años según el artículo 28) o de la propia Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (que llevaría solo un año). Sin embargo, hasta ahora no ha habido ningún movimiento concreto en esa línea. Adicionalmente, hay que tener en cuenta que Estados Unidos podría debilitar el proceso de colaboración global en la lucha contra el cambio climático simplemente no contribuyendo con las aportaciones económicas comprometidas en materia de financiación climática o ralentizando los posibles acuerdos que haya que tomar, sin necesidad de adentrarse en procesos legales complejos.

Tengo la sensación que el resultado electoral en Estados Unidos ha sido un catalizador para imaginar todo tipo de escenarios “apocalípticos” en muchos ámbitos y, bajo mi punto de vista, este ejercicio hoy por hoy lleva a pocos resultados. En este contexto me viene a la mente una reflexión de Mark Twain, muy acertada para la vida profesional y personal, en la que daba a entender que había pasado gran parte de su vida preocupándose por temas que nunca llegaron a materializarse: “I’ve had a lot of worries in my life, most of which never happened”.

2 comentarios en “Una valoración (positiva) de la cumbre de Marrakech

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