Hace unos días tuvo lugar en la Fundación Ramón Areces nuestro workshop anual, una de las actividades principales de nuestro centro, así como la sesión plenaria y abierta que le acompaña, y que en esta ocasión fue protagonizada por David Sandalow, Inaugural Fellow del Center for Global Energy Policy de la Universidad de Columbia.
La sesión abierta, que fue un éxito de audiencia, trata de ofrecer a la sociedad reflexiones de expertos mundiales sobre temas relevantes en materia de economía de la energía. En este caso, Sandalow nos habló sobre las 8 tendencias que, en su opinión, dirigen el sector energético global, sobre todo desde el punto de vista de la geopolítica. En opinión de Sandalow, estas tendencias son:
- La revolución renovable, dirigida por la espectacular bajada de precios, y con importantes consecuencias geopolíticas: cartelización de los minerales clave; mejora de la seguridad energética; necesidad de redes eléctricas transnacionales; reducción de la pobreza por el acceso a la energía en países en desarrollo (de esto nos habló Ignacio Pérez Arriaga hace dos años); reducción de los ingresos de los países productores de fósiles; y mitigación del cambio climático.
- La revolución del shale gas, y sus efectos sobre la dependencia energética estadounidense y las importaciones de gas de Europa.
- El auge de China, que ha sido capaz de aumentar enormemente su PIB, y reducir espectacularmente el número de habitantes en pobreza extrema, pero con consecuencias sobre el consumo de energía y la contaminación. También nos habló de la iniciativa Belt and Road, posiblemente uno de los proyectos de relaciones internacionales más ambiciosos desde el Plan Marshall.
- El ataque a la globalización, con sus consecuencias en términos de gobiernos populistas.
- La reaproximación de Rusia y Arabia Saudí, por sus intereses coincidentes en la producción de combustibles fósiles.
- El deshielo del Ártico y sus consecuencias sobre los canales comerciales y la militarización de la zona.
- La demanda de carbón, y si se reducirá lentamente o se estabilizará, algo en lo que la India juega un papel fundamental.
- La revolución del transporte, impulsada por el «ride sharing», los coches eléctricos, y sobre todo, los coches autónomos.
David Sandalow planteó todos estos temas de una forma muy accesible al público en general, y el debate que se generó creo que fue del interés de toda la audiencia.
Por su parte, el objetivo del workshop es acercar expertos académicos internacionales, que están haciendo investigación de interés y calidad en los temas que cubrimos en Economics for Energy (demanda de energía, políticas energético-climáticas, prospectiva energética, innovación, y seguridad energética) al sector energético español. Las presentaciones de los ponentes invitados fueron todas de gran interés, y generaron muy interesantes debates entre los asistentes.
Nina Boogen, investigadora de ETH Zurich, nos presentó los resultados de sus investigaciones acerca de la eficiencia energética residencial en Suiza. Este es un país particularmente interesante para estudiar, dado que los suizos han acordado por referendum reducir en un 13% su consumo de electricidad para 2035, y el uso medio de energía per cápita en un 43%. Por tanto, hay un mandato social claro, que unido al hecho de que una gran mayoría de las utilities suizas son de capital mayoritariamente público, permite actuaciones de gran intensidad. Pero el primer paso, como siempre, es realizar un diagnóstico acertado. Boogen ha utilizado un método basado en Stochastic Frontier Analysis, que muestra que la ineficiencia media en el sector residencial suizo se sitúa entre el 20 y el 25% del consumo. Posteriormente, evalúa la efectividad de las medidas de eficiencia energética impulsadas por las utilities, encontrando que estas medidas sí son efectivas, a un coste de 40€/MWh (inferior al coste de suministro). Boogen y su equipo están actualmente extendiendo este análisis a otros hogares europeos con el proyecto PENNY.
Michel Colombier, director de IDDRI y del comité para el cambio climático francés, nos explicó el proceso de transición energética y descarbonización que se está llevando a cabo en Francia, y que puede ser una referencia de mucho interés para el sector energético español. En este sentido, Colombier comenzó subrayando la necesidad de contar con narrativas nacionales potentes, que sostengan el proceso, y subrayó el papel central de la demanda en la búsquedad de soluciones. Posteriormente analizó los elementos que todavía generan conflicto, y cómo la generación de escenarios alternativos está ayudando a centrar las discusiones y a buscar consensos. En este sentido, indicó cómo el trabajo del comité francés ha ido evolucionando su foco desde los presupuestos de carbono hacia las estrategias sectoriales. Otro elemento de interés fue su llamada a una reflexión más amplia de la transición energética. Así, Colombier cree que la rehabilitación energética tiene sentido cuando se combina con otras actuaciones en la vivienda, y que para evaluar el papel de la industria hace falta reflexionar sobre el paso a un modelo de economía circular. Finalmente, indicó que el papel del gobierno es crear un marco tal que las inversiones puedan tener lugar sin necesidad de subsidios.
Elena Verdolini, investigadora de FEEM y CNMC, y experta en el análisis de los procesos de innovación energética, presentó su investigación más reciente acerca de cómo impulsar la innovación energética necesaria para desarrollar nuevas tecnologías bajas en carbono, y de cómo romper el lock-in tecnológico que beneficia a los combustibles fósiles, teniendo en cuenta además las diferencias entre países en cuanto a sus recursos en términos de capital humano y tecnológico. Su conclusión principal: los países con menos recursos deben invertir primero en I+D, mientras que los más avanzados se benefician particularmente de políticas de desarrollo de mercado. Los países intermedios deben jugar con mezclas variables de estos dos tipos de políticas. Verdolini comentó además que en fases futuras de la investigación incorporarán también los flujos tecnológicos entre países, así como la influencia de la distinta escala de los procesos tecnológicos.
Thomas Sterner, profesor de la Universidad de Gothenburg, y gran experto en políticas climáticas, partió en su presentación del hecho de que los precios del CO2 en los mercados de emisiones no son suficientemente elevados como para promover el cambio tecnológico necesario, y lo contrapuso con ejemplos como el impuesto sueco, mucho más elevado (otros ejemplos de impuestos relevantes son el noruego o el suizo). A este respecto, Sterner se preguntó si el Acuerdo de París podría suponer algún cambio en estos precios del CO2 en los mercados, o en la cotización de las empresas basadas en combustibles fósiles. Sus investigaciones a este respecto muestran que el Acuerdo de París no supuso cambios significativos en la cotización de las empresas energéticas, quizá porque no fue suficientemente sorprendente o porque sus efectos no se perciben como lo suficientemente fuertes. A este respecto, tampoco la elección de Donald Trump como presidente de los EEUU ha supuesto cambios significativos. Sterner concluyó que, si no hay cambios significativos en los precios del CO2, no podrá conseguirse un avance real en la descarbonización.
Finalmente, David Sandalow, que también fue el ponente de la sesión abierta (por cierto, con un gran éxito de audiencia), aprovechó la discusión a puerta cerrada para entrar en más detalle en alguna de las cuestiones que avanzó en la sesión abierta, ya comentadas anteriormente.
Como siempre, confiamos en que estas actividades hayan contribuido a la misión de Economics for Energy: trasladar a la sociedad el conocimiento riguroso sobre los aspectos económicos de la energía.
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