Un año más, el equipo de Energy Economics de BP ha publicado una nueva edición de su Outlook. Como siempre, lleno de reflexiones y análisis interesantes. Los temas más cuestionables, los habituales en este tipo de ejercicios: la biomasa y el CCUS, en los que en mi opinión confían demasiado. Interesante también su énfasis en la necesidad de aumentar los sumideros por encima de las soluciones naturales, por la misma razón que los anteriores.
Otras cuestiones que me parecen reseñables:
- Su escenario tendencial o BAU (New Momentum) no es tan optimista como el que publicó la IEA tras la COP de Glasgow. Considera cierta mejora en las expectativas, pero ni mucho menos tanto como la IEA.
- Los escenarios de reducción de emisiones implican reducciones en la demanda final de energía. Pero en el BAU no hay reducción de demanda, sólo estabilización a medio plazo (los aumentos de los países emergentes compensan las bajadas en los desarrollados). Imprescindible pues ayudar a los emergentes a reducir su demanda de energía final.
- En el escenario más ambicioso de descarbonización el nivel de electrificación sigue sin superar el 50%.
- Vuelven a recordarnos que una transición desordenada es un desastre.
- El hidrógeno alcanza una cuota del 15%, entre uso directo, uso para combustibles sintéticos, y almacenamiento eléctrico.
- La demanda de petróleo cae un 80%. Esto es mucho más de lo que decían hace años, en parte porque consideran una bajada también muy significativa para los usos no relacionados con el transporte (industria y edificios). El uso para plásticos sube, pero luego alcanza un pico, a medida que aumenta el reciclado y los plásticos vegetales.
- El gas se sigue considerando un elemento esencial para la transición, hasta 2035 aumenta su demanda. De hecho, el uso del carbón también aumenta hasta 2025…
- En 2050 todavía prevén mucho uso de gas: la mayoría combinado con CCUS, la mitad para industria y sector eléctrico y la otra mitad para hidrógeno azul.
- Como decía antes, confían mucho en la biomasa, sobre todo a partir de residuos agrícolas. Y esperan que se use para electricidad e industria fundamentalmente. Los biocombustibles y el biometano tienen una participación menor. Yo no lo tengo tan claro, la verdad.
- También me parece curiosa su previsión de uso de hidrógeno para combustibles sintéticos, teniendo en cuenta que la captura directa de CO2 no tiene un papel tan grande. ¿De dónde saldrá el carbono para el diesel, queroseno o metanol sintético?
- Esperan que casi un tercio del hidrógeno sea azul: esto implica aceptar CCUS, que no es común a todos los países…aunque claro, es más barato al principio.
- Tal como también nos cuenta la IEA, el que descarbonicemos no quiere decir que no haya que seguir invirtiendo en fósiles.
- Consideran al CCUS imprescindible, básicamente porque si no, el crecimiento de las renovables tendría que ser altísimo. Esa es también la razón por la que consideran imprescindible la eliminación directa de CO2 de la atmósfera (CDR). Aunque también recuerdan que la captura directa es muy intensiva en energía, por ejemplo haría falta un 10-20% de la generación renovable en el NetZero…
Para los interesados en saber más, el 19 de abril por la mañana Jorge Blázquez presentará el Outlook en Madrid, en el Aula Pérez del Pulgar de la Universidad Pontificia Comillas.